Empleados del Centro de Salud de Mazatenango, informaron extraoficialmente, que las autoridades sanitarias están alarmados ante el brote del virus de Rabia que ha estado atacando a las mascotas de la región, principalmente a los perros. Lo preocupante de este brote, es que en toda la región no se escucha de ninguna campaña de vacunación para mascotas. De hecho, se sabe que varias personas ya han sido atacadas por estos animales enfermos y ya están recibiendo tratamiento.
De acuerdo a la información de los empleados de Salud, el procedimiento que se sigue al verificar la anormalidad del animal, es sacrificarlo, se corta la cabeza y se envía a la capital de Guatemala para su análisis. De 14 casos de animales sospechosos de estar contagiados por el virus, 10 casos han sido positivos. Las regiones más afectadas son Santo Domingo y San Pablo.
Al preguntar por qué no se realiza una campaña de divulgación a la población para que vacune a sus mascotas, la respuesta fue que, el Ministerio de Salud (en la Capital) redujo el presupuesto en este año y no hay fondos para hacer publicidad preventiva. Además, es preocupante la proliferación de perros callejeros que deambulan por los poblados.
Según los especialistas, la rabia es una enfermedad aguda infecciosa viral del sistema nervioso central ocasionada por un RHABDOVIRUS que causa encefalitis aguda. El virus de la rabia se encuentra difundido en todo el planeta y ataca a los mamíferos domésticos y salvajes, incluyendo al hombre. Se encuentra en la saliva y en las secreciones de los animales infectados y se inocula al hombre cuando éstos lo atacan y provocan en él alguna lesión por mordedura; además puede contagiar cuando un individuo que tiene algún corte en la piel (vía de entrada del virus) tiene contacto con las secreciones salivales de un animal infectado. Los vectores animales importantes incluyen: perros, gatos, murciélagos, mangostas, zorros, hurones, mapaches, y lobos.
La transmisión sólo es posible mediante el contacto directo con un vector portador o con material biológico procedente del mismo, ya que por ser un virus con una envuelta lipídica es muy sensible a los factores ambientales.
Esta enfermedad, si no se trata con la máxima urgencia, acaba provocando la muerte del enfermo. Cuando una persona se contagia, los síntomas de la enfermedad pueden tardar entre 60 y 300 días en manifestarse.