domingo, 12 de agosto de 2012

Qué le hace la cafeína a tú cerebro

¿Qué le hace la cafeína a tú cerebro?
  
Ciencia y Salud

Si buscas concentración y parsimonia, consumiendo cafeína no lo conseguirás, ya que ésta estimula tu nivel de alerta y fuerza física, más que una aguda capacidad mental.

Los asiduos bebedores de café, más allá del exquisito sabor del grano, afirman que una taza por las mañanas afecta positivamente sus capacidades cognitivas, sin saber exactamente qué es lo que en realidad sucede.

Lo que resulta sorprendente es que ni un americano ni un espresso doble alertan ni agudiza las funciones cerebrales que se necesitan para realizar, principalmente, un trabajo que involucre más capacidades mentales que físicas. Lo anterior tiene una explicación más profunda pero también sencilla y biológicamente truculenta.

El cuerpo produce una sustancia llamada adenosina, que actúa en varios procesos bioquímicos del cerebro, pero principalmente se le atribuyen efectos sedantes en el cuerpo humano, como el sueño y el sopor. La cafeína es similar a la adenosina, por lo que al ingerirla, se enlaza a los receptores de esta sustancia, engañando a las células. Una vez que la cafeína ha ocupado el lugar de la adenosina, por obvias razones, ésta se inhibe, provocando mayor actividad celular que hace que la glándula pituitaria lo perciba como una situación de alerta y se genere adrenalina, lo que hace sentir y pensar que la taza de café ha mejorado nuestras capacidades mentales, pero lo que en realidad sucede es que la adrenalina tensa los músculos, te mantiene alerta y aumenta los latidos de tu corazón, pero no mejora tu concentración ni tu entendimiento.

¿Qué es la cafeína?
 
La cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas, sólido cristalino, blanco y de sabor amargo, que actúa como una droga psicoactiva, levemente disociativa y estimulante por su acción antagonista no selectiva de los receptores de adenosina. La cafeína fue descubierta en 1819 por el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge: fue él quien acuñó el término Koffein, un compuesto químico en el café, el cual pasaría posteriormente al español como cafeína. La cafeína recibe también otros nombres relativos a los productos que la contienen, como la guaranina (encontrada en la guaraná), mateína (encontrada en el mate) y teína (encontrada en el té), las cuales contienen además algunos alcaloides adicionales como los estimulantes cardíacos teofilina y teobromina y a menudo otros compuestos químicos como los polifenoles, los cuales pueden formar complejos insolubles con la cafeína. La cafeína tiene propiedades diuréticas, si se administra en dosis suficientes a individuos que no tienen tolerancia a ella. Los consumidores regulares, sin embargo, desarrollan una fuerte tolerancia a este efecto, y los estudios generalmente no han podido demostrar la creencia general de que el consumo regular de bebidas cafeinadas contribuye significativamente a la deshidratación.

Según algunos estudios, el consumo en cantidades muy grandes puede provocar una intoxicación. Sus síntomas son: insomnio, nerviosismo, excitación, cara rojiza, aumento de la diuresis y problemas gastrointestinales. En algunas personas los síntomas aparecen consumiendo cantidades muy pequeñas, como 250 mg por día. Más allá de un gramo al día puede producir contracciones musculares involuntarias conocidas como fasciculaciones, desvaríos, arritmia cardiaca, y agitaciones psicomotrices. Los síntomas de la intoxicación con cafeína son similares a los del pánico y de ansiedad generalizada, con efectos propios de drogas disociativas como la despersonalización. La LD50 estimada de la cafeína es de 10 g, cuyo equivalente es de un promedio de 100 tazas de café.

Café y salud
 
Se ha creído siempre que el café es malo para la salud pero no es así. Desde luego que como todo, su consumo en exceso es dañino. Lo más recomendado es un consumo moderado de cafeína equivalente a tres o cuatro tazas de café al día.

En el cerebro y en el sistema nervioso el café influye inhibiendo las depresiones que concurren en adicciones al alcohol y las drogas. Promueve una mayor retención de memoria a corto plazo. Es recomendado en el tratamiento de Alzheimer. Atenúa o elimina las jaquecas. Produce una mejora en el estado de ánimo por el aumento del nivel de endorfina.

En el corazón y en el sistema circulatorio hace que llegue a los músculos mayor cantidad de sangre oxigenada. Ayuda a movilizar los ácidos grasos que están en la sangre y los convierte en energía.
En el sistema respiratorio el consumo de café protege contra la enfermedad asmática. También abre las vías bronquiales porque relaja los músculos que lo rodean. 

En el estómago y tracto digestivo favorece la producción de jugos salivares y gástricos además de estimular la secreción biliar. El café no es responsable de que aparezca la acidez estomacal, ni es el principal causante, sin embargo puede agravar casos de úlcera y gastritis por lo que hay que tomar precauciones.
En el hígado reduce el riesgo de cirrosis entre consumidores de alcohol en un 80%. Reduce el riesgo de cálculos biliares. En los riñones puede intensificar los indicadores de una baja de azúcar en la sangre y alertar a los pacientes diabéticos sobre el hecho de que están a punto de una hipoglucemia. Reduce en un 10% los cálculos de los riñones.

Y con respecto al cáncer el café neutraliza los químicos causantes del cáncer debido al proceso de tostado que duplica el contenido de polifenoles del café. El café no es sólo cafeína contiene otras substacias como acidos clorogénicos, sales, sales minerales, aminoácidos, lípidos, niacina y azúcares complejos.