UN ASTEROIDE RECIEN DESCUBIERTO ROZARÁ LA TIERRA HOY DOMINGO
El asteroide bautizado como '2014 RC' pasará en su máxima aproximación a nuestro planeta sobre la superficie de Nueva Zelanda en la tarde de este domingo, según los últimos cálculos publicados por la NASA.
El asteroide de 20 metros, que fue detectado el 31 de agosto pasado por el Catalina Sky Survey, –situado en Tucson, estado de Arizona (EE.UU.)–, se situará a unos 40.000 kilómetros de distancia de la Tierra, informa la NASA.
El objeto celeste fue también detectado por el telescopio Pan-STARRS 1, que se encuentra en Hawái, confirmando la órbita del cuerpo espacial.
En el momento de máxima aproximación a la Tierra, a las 18:18 UTC, el 2014 RC se situará a una décima parte de la distancia existente desde el centro de la Tierra a la Luna pasando aproximadamente por encima de Nueva Zelanda.
Según la NASA, "si bien este objeto celeste no parece plantear una amenaza a la Tierra o los satélites, su acercamiento crea una oportunidad única para que los investigadores puedan observar y aprender más acerca de los asteroides".
Aunque el 2014 RC no afectará a la Tierra, su órbita lo traerá de vuelta a las cercanías de nuestro planeta en el futuro, según destacan observadores de la NASA.
Por ello, aunque no se haya identificado ninguna posibilidad de que se produzca un acercamiento peligroso, los astrofísicos seguirán de cerca los movimientos del asteroide.
Impactos de asteroides en el pasado
Desde el año 2001 la Tierra ha sufrido, por lo menos, 26 impactos de asteroides grandes, según nuevos datos. Sin embargo, la humanidad lo ignora debido a que las colisiones ocurren en zonas poco pobladas.
La organización privada B612 Foundation, se dedica a la prevención del próximo impacto fuerte de un asteroide, y ha presentado constantemente datos recogidos por un sistema de detención de misiles nucleares, según los cuales muchos más asteroides han llegado a nuestro planeta en los últimos años de lo que pensaban previamente, reportó recientemente 'The Huffington Post'.
"Estos datos muestran que los impactos de asteroides no son raros, sino en realidad 3-10 veces más comunes de lo que se pensaba anteriormente", comunicó Ed Lu, uno de los astronautas que trabajan en el proyecto. "Es mera casualidad que un asteroide de estilo Armagedón no haya llegado a una zona densamente poblada en los últimos años", según un excientífico de la NASA. Sin embargo, según informes recientes, la Tierra entrará en un área del espacio densamente "poblada" por asteroides de regular tamaño, lo que hará que estemos más propensos a ser rozados o impactados por varios de estos fragmentos de roca espacial.
La mayoría de los asteroides grandes se estrellaron en la Tierra hace muchos años como, por ejemplo, el asteroide seis veces más grande del que aniquiló a los dinosauros. El último gran asteroide "visitó" nuestro planeta en febrero de 2013 cayendo en la ciudad rusa de Cheliábinsk.
Asteroide antes de caer en Cheliábinsk, Rusia, Febrero del 2013
Amenazas futuras
La amenaza a la vida en la Tierra por un gran impacto de un asteroide es muy real, y ha sucedido antes en la historia del planeta. Hace sesenta y cinco millones años un asteroide de 10 kilómetros de diámetro golpeó la Península de Yucatán en el Golfo de México. La explosión que creó fue enorme, e inmediatamente destruyó todo en un radio de 500 kilómetros, la onda de choque del impacto viajó cientos de kilómetros y causó incendios a gran escala, provocó enormes tsunamis y una reacción en cadena de la actividad volcánica y los terremotos. Billones de toneladas de polvo fueron arrojados a la atmósfera y fuertes vientos envolvieron al planeta en la oscuridad, durante muchos meses por venir, haciendo que las temperaturas se desploman. Este evento dio lugar a la extinción de más de la mitad de todas las especies de la Tierra, incluyendo a los dinosaurios.
Un impacto tan grande como el que causó la extinción de los dinosaurios puede ser extremadamente raro, pero asteroides de menor tamaño, que también son capaces de la destrucción masiva de la Tierra ocurren con mucha más frecuencia. Los asteroides con un diámetro de entre 1 y 2 kilometros impactan la Tierra cada 100.000 años aproximadamente, y también son capaces de causar daños a escala mundial e incluso podría poner en peligro nuestra existencia. Quizás la amenaza más preocupante viene de los objetos más pequeños, de alrededor de 50 metros de diámetro, que llegan a la Tierra aproximadamente cada 1.000 años, estos objetos más pequeños son capaces de destruir una gran ciudad. En 1908 un asteroide de 50 metros de diámetro, entró en la atmósfera de la Tierra y explotó en una zona remota de Rusia. La explosión que creó fue la más grande en la historia humana moderna, 1.000 veces mayor que la bomba atómica que cayó en Hiroshima, arrasando una superficie de más de 2.000 kilómetros cuadrados.
Además de sus cualidades destructivas los asteroides también han tenido una gran influencia en la evolución de la vida en la Tierra, influencia que ha sido muy beneficiosa para nosotros. Hasta el impacto en la Península de Yucatán los dinosaurios eran la especie dominante, y lo había sido durante millones de años, los pequeños roedores como las criaturas llamadas mamíferos también existían en el momento, pero en cantidades escasas y principalmente se limitaron a vivir bajo tierra. La extinción de los dinosaurios cambió todo eso y los mamíferos comenzaron a florecer, evolucionando hacia formas de vida más complejas e inteligentes, llevando eventualmente a la evolución de la humanidad. Se podría argumentar que los eventos destructivos a nivel mundial de este tipo son una parte integral de la evolución, sin ellos no existirían los seres humanos
Semáforo apocalíptico
Se calcula que al menos 433 objetos celestes incluidos en la Tabla de Riesgos de Impacto, los más próximos podrían llegar en menos de lo que nos imaginamos. Existen aun muchos más asteroides de menor tamaño que es casi imposible detectarlos a tiempo, sino hasta cuando ya están demasiado cerca a la Tierra, como el que hoy nos rozará.
En 1995, el profesor Richard P. Binzel creó en el Instituto de Massachusetts la Escala de Turín, cuyo objetivo es medir los riesgos de un impacto contra la Tierra, a través de una fórmula de fácil entendimiento.
La escala estratifica los riesgos en niveles que van de 0 (riesgo nulo) a 10 (“certeza de impacto con catástrofe climática global y amenaza a la civilización, tal como la conocemos”), y se subdivide en colores preventivos, a la manera de semáforo: blanco, verde, amarillo, naranja y rojo, según la amenaza de aproximación.
Cabe destacar que de los 433 objetos que rondan peligrosamente la Tierra, todos, salvo uno, se encuentran en la Zona Blanca, es decir, son asteroides cuya órbita se monta sobre la del planeta, pero con una posibilidad de colisionar es inexistente o tan baja que puede considerarse el riesgo como nulo; o bien se trata de objetos pequeños que se quemarán al ingresar a la atmósfera terrestre (como ocurrió con el asteroide que cayó el 15 de febrero en Rusia).
El único objeto celeste que no está considerado dentro de la Zona Blanca es el asteroide 2007 VK184, de 130 metros de diámetro (es decir, nueve veces más grande que el de Rusia, que al ingresar a la atmósfera explotó en el cielo con la fuerza de una bomba atómica) y que se halla en la Zona Verde de la Escala de Turín, es decir, su aproximación se considera en el rango de lo “normal”, y el riesgo de colisión es tan bajo que no amerita atención gubernamental.
El 2007 VK184 rozará la Tierra hasta el 3 de junio del año 2048 y repetirá en 2053, 2055 y 2057.
Montañas al vuelo
Según las observaciones de la NASA, de los 41 objetos que se aproximarán peligrosamente a la Tierra en lo que resta de este decenio, 12 de ellos son, literalmente, enormes.
El más grande de ellos es el asteroide 2004-BX159, cuya circunferencia es de 1.2 kilómetros (700 veces más grande que el de Rusia), y que el próximo 1 de septiembre de 2014 se acercará al planeta a una velocidad de 65 mil 300 kilómetros por hora.
En 2015, hará su aparición el asteroide 2006-CD, con 211 metros; mientras que en 2016 harán lo propio dos objetos celestes, uno de 110 metros y otro de 574 metros de diámetro.
Para 2017 se prevé la aproximación de otro objeto de 101 metros de diámetro, mientras que para 2018 se espera otro de 250 metros.
Por último, en el año 2020 se espera a los dos últimos gigantes de la década, un asteroide de 679 metros y otro de 894.
Estos son, sin embargo, casos de excepción, ya que de los 433 objetos de la Tabla de Riesgo de Impacto, 344 tienen un diámetro menor a 50 metros, tan pequeños que la fricción con la atmósfera los desitegraría en caso de colisionar.
En la Zona Amarilla cae, también, cualquier objeto con 1% de probabilidad de golpear al planeta, con posibilidades de causar destrucción “local” o “regional”. Según la NASA.
Mientras tanto, a la Zona Naranja pertenecen aquellos asteroides o cometas con un riesgo “serio” de colisión y con potencial para provocar devastación regional, caso en el cual sólo podrían emprenderse acciones de contingencia efectivas si el objeto es descubierto al menos una década antes del impacto con la Tierra.
El impacto de un asteroide "grande" causaría serios problemas
en la Tierra y amenazaría la vida como la conocemos
En esta zona se ubican también los objetos “grandes” que apuntan al planeta, pero de los que no se sabe si pueden causar una “catástrofe global” y, para garantizar una acción efectiva de de contingencia, estos objetos deben ser descubiertos al menos 30 años antes de que choquen contra el planeta.
Por último, en la Zona Roja la Escala de Turín reserva espacio para aquellos objetos sobre los que se tiene absoluta certeza de que golpearán la Tierra, y también de que generarán destrucción a nivel local, regional o global.
Según las estimaciones de la NASA, un asteroide con poder suficiente para causar devastación “local” cae en la Tierra cada 50 años, mientras que uno con capacidad de destrucción “regional” hace su aparición cada 10 mil años.
Además, objetos que al caer puedan provocar un tsunami por impactar una zona costera se registran uno cada mil años, mientras que cada 100 mil años cae en el océano un asteroide con capacidad de causar un gran tsunami.
Obviamente, en la Zona Roja entrarían los objetos que, de golpear la Tierra, provocarían “una catástrofe climática global y amenazarían el futuro de la civilización tal como la conocemos, sin importar si impactan en suelo firme o en el océano”. Este tipo de eventos ocurren uno cada cien mil año… y a veces menos.
APOFIS, el asteroide del Juicio Final
El observatorio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA), dirigió sus instrumentos hacia el asteroide Apofis mientras éste se acercó a la Tierra, los pasados 5 y 6 de enero del 2013, y encontraron que la roca espacial es bastante más grande (y también menos reflectante) de lo que se creía. Apofis tiene un diámetro medio de 325 metros y no de 270, como se pensaba hasta ahora. Las siguientes aproximaciones, mucho más cercanas, se producirán en los años 2029 y 2036.
Catalogado con el número 99942, Apofis fue descubierto en 2004. Los primeros cálculos sobre su trayectoria arrojaron entonces hasta un 2,7% de probabilidades de que hiciera impacto contra nosotros en abril de 2029. Un hecho que le valió el apodo de "el asteroide del día del juicio final".
Sin embargo, estudios posteriores rebajaron mucho el riesgo de colisión, aunque determinaron que ese año (2029) el asteroide pasará a sólo 36.000 km de la Tierra, la altura a la que se encuentran nuestros satélites geoestacionarios.